
Se vienen los días de calor y queremos ayudarte con algunos consejos para que disfrutes más de los vinos que te gustan.
Cada vino tiene su temperatura ideal de consumo, ello depende del tipo de vino y también del estilo de elaboración. Casi todos coincidirán automáticamente en que los blancos se beben fríos y los tintos a temperatura ambiente.
Claro que esta última varía bastante de invierno a verano, y por eso incluso llegamos a recomendar para la época estival refrescar los tintos un rato en la heladera, o si estamos en un restaurante, pedir sin vergüenza un balde enfriador.
Estos consejos te van a ayudar para que la temperatura del vino contribuya a realzar su sabor:
La temperatura ideal de los blancos está entre los 6°C y los 10°C. La de los tintos, entre los 12°C y los 16°C.
Si se toma el vino muy frío (a menos de 4°C), apenas se podrán percibir los aromas y se acentuarán los sabores ácidos. Contrariamente, si está por encima de 20°C, se perciben mucho los alcoholes, y también se acentúan los sabores dulces.
No almacenes los vinos blancos en la heladera por largo tiempo, ello va en detrimento del vino ya que un enfriado prolongado modifica sabores y aromas. Lo mismo para los espumosos. Es preferible que los pongas a enfriar unas horas antes de consumirlos.