
Lo que tenés que saber acerca de posición y temperaturas de una botella a la hora de ir armando tu propia bodeguita hogareña.
Si te estás convirtiendo en un enófilo y tu intención es aprovechar algunas oportunidades para adquirir una cantidad algo mayor de vinos que la que consumís habitualmente, o querés conservar algunas botellas para ocasiones especiales en el futuro, o simplemente disfrutar de armar tu propia selección de guarda, tenés que tener en cuenta que el almecenamiento juegue a favor y no en tu contra.
Posición
Lo primero, es que las botellas tienen que estar acostadas. El objetivo es que el líquido mantenga el corcho mojado, para evitar que éste se seque y penetre más aire a través de su porosidad natural que el deseado para lograr una micro oxigenación beneficiosa.
Ahora bien, existen otros tipos de cierre para botellas (corchos sintéticos, tapa a rosca, etc.) sobre los que hablaremos en próximas entradas, que no requieren que el vino esté en posición horizontal, aunque así se favorece el depósito en el costado de algunos sedimentos, y como también se sirve en esta posición, con un poco de esmero y cuidado es posible que ellos no pasen a la copa.
Otra buena costumbre es colocar las botellas separadas unas de otras, para poder manipular una sin mover las demás. Esto también permite mantener un orden y visualizar con mayor facilidad cada etiqueta. Para eso te recomendamos que elijas un botellero modular, de manera que puedas ir ampliando el espacio de guarda a medida que va creciendo tu entusiasmo y la afición por tener tu propia cava.
Temperatura
La condición ideal para colocar una cava familiar es que sea en un lugar fresco y algo húmedo, y con la menor cantidad de luz posible.
Por último, una recomendación para los vinos que se consumen fríos (rosados, blancos y espumosos): No se deben guardar en la heladera porque el frío prolongado y excesivo elimina parte de sus cualidades y matices. Bastará con ponerlos desde unas horas antes para que lleguen a la temperatura ideal.
Si vas a utilizar un balde enfriador, lo mejor es poner mitad hielo y mitad agua fría, porque el agua distribuye el frío sobre el vidrio de manera más pareja y uniforme, ¡y mucho más rápida! Para una botella de 750 ml, quince minutos en un enfriador serán suficientes.
Las cavas eléctricas son ideales para despreocuparse de todos estos procesos ya que poseen un termostato que mantiene la temperatura constante, e incluso están diseñadas con sectores de diferentes temperaturas para tintos y blancos. Con una de éstas, siempre tendrás tu vino favorito pronto para cualquier oportunidad.